El Día del Amor y la Amistad se convirtió en una fecha inolvidable para nuestra familia arquidiocesana: tanto directivos como estudiantes se unieron para celebrar con alegría. En una demostración de amor y unidad, realizaron actividades en torno a la festividad, que hicieron de este día una experiencia maravillosa.

Los colegios iniciaron la jornada con presentaciones, bailes, cantos, juegos y deportes, donde los estudiantes tuvieron la oportunidad de mostrarle a todos sus compañeros sus grandiosos talentos y los directivos de demostrar el compromiso continuo con las actividades que enriquecen la experiencia de nuestra familia arquidiocesana durante su temporada escolar. En el transcurso de nuestra celebración, las canchas, los coliseos y las zonas verdes se convirtieron en los puntos de encuentro de nuestra comunidad educativa. En estos espacios, juegos como el ponchado, el fútbol y el bingo tomaron protagonismo para integrar a cada uno de los participantes de acuerdo a sus gustos y preferencias.

Los estudiantes y los maestros dedicaron tiempo y esfuerzo para planificar y decorar el ambiente de manera personalizada. De acuerdo a su creatividad, recortaron frases alusivas a la celebración, crearon adornos en forma de corazones y seleccionaron manteles, globos y otros elementos festivos. La elección de colores fue especialmente significativa, ya que optaron por el rojo y el blanco, tonalidades emblemáticas del Día del Amor y la Amistad. Esta cuidadosa preparación no solo realzó visualmente el entorno, sino que también contribuyó a cultivar un ambiente festivo y acogedor en el que la comunidad educativa pudo disfrutar y compartir el espíritu de la celebración.

Después de las presentaciones, los estudiantes se desplazaron a sus salones, y en compañía de su director de grupo iniciaron su tiempo de compartir. Con perros calientes, dulces, helados, crispetas y hasta arroz mixto, se unieron para comer y culminar el día con sus aperitivos favoritos. Este espacio logró aún más la integración de cada salón, la unión y el trabajo en equipo para preparar o repartir sus alimentos.

Esta celebración será inolvidable para todos aquellos que se unieron y la hicieron aún más hermosa que no solo dejó una impresión duradera en los corazones de los estudiantes, sino que también recordó a todos que el amor y la amistad son fundamentales en la formación de individuos comprometidos con valores de respeto, solidaridad y empatía.